Un beso que atrapa la fuerza dormidala noble sustancia querida de mi vida.
La saliva que frena el temor al suicida
que lleva la noche seguida y tranquila...
Las emociones incontroladas que provocas en mis días
son mariposas angeladas que no se quedan dormidas,
que persiguen a la fuerza y condenan la razón
porque lo que por tí siento será mi perdición...
Un vampiro que prueba de mi cuello el sazón
para extinguir la sangre que nace de este amor.
Imposible sentimiento guardado en el cajón
de nobles caballeros ocultando la flor
de maravilla extasiada al probar tu corazón,
que entrega en su palpito la magia y creación.
Se adormece y se anestesia la curva del perdón
pedido a los cuatro vientos cuando pienso en tu sol...
Se extingue cada día la posición de la misión
que encuentra una salida y se persina en el amor.
La palabra remedio no existe para tu voz
solo se vive una vez con el síndrome del calor
que producen los huesos al gemir por la estación
perdida de mi vida, perdida de mi sol
me encuentro prisionera de una saga en discusión.
La distancia permitida la acorta la pasión
la fuerza de los labios que brillan de emoción
por beber de la sustancia prohíbida del sabor,
a clandestino barrio y emulsionado sector
de paisajes urbanos vividos en el plató
de nuestras incomprendidas vidas
bordadas de sabor, de la soledad presente
y de la conjunta sensación:
de haber nacidos libres escalas de una canción
para llegar a la nota perfecta de nuestra sublimación
de hombres y mujeres que trascienden el dolor.
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